domingo, 12 de enero de 2025

Ultimátum de EE.UU. e Israel a Hamás: Si hasta el 20 de enero no se liberan los rehenes, se desatará el infierno en Gaza



En la semana pasada aún presidente Joe Biden, en comunicación directa con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y con la participación activa de Donald Trump, ha dejado en claro que la paciencia de EEUU se agota. Trump, quien asumirá nuevamente la presidencia el 20 de enero, ha advertido que si los rehenes no regresan antes de esa fecha, Donald Trump desatará un infierno sobre Gaza y permitirá que Israel adopte medidas contundentes y decisivas para garantizar su seguridad y el fin definitivo de Hamás.

La postura de Israel: Decisiones al límite

Israel ha intensificado sus operaciones diplomáticas y militares. Los principales responsables de su seguridad, David Barnea, jefe del Mossad, y el director del Shin Bet, se encuentran actualmente en Catar, un territorio clave para las negociaciones. Sin embargo, las conversaciones no se limitan a buscar la liberación de los rehenes. Israel también ha advertido a los mediadores que, de no haber avances significativos, está dispuesto a tomar acciones que podrían cambiar el rumbo del conflicto.

Según fuentes cercanas al gobierno israelí, una ocupación total y definitiva de Gaza podría ser una de las medidas a adoptar. Esta decisión, aunque controvertida, busca evitar que grupos armados como Hamás vuelvan a utilizar la región como base para lanzar ataques contra Israel. Netanyahu, quien ha enfrentado numerosas críticas desde el inicio del conflicto, ha reforzado su imagen como un "señor de la guerra", gestionando amenazas en varios frentes, desde Hezbollah en Líbano hasta Hamás en Gaza.

Hamás y el uso de la ayuda humanitaria

Uno de los puntos más controvertidos de la situación es el manejo de la ayuda humanitaria destinada a la población de Gaza. Israel ha denunciado reiteradamente que Hamás intercepta los suministros humanitarios que cruzan la frontera, incluyendo alimentos y medicinas. Según informes, esta ayuda es desviada hacia los líderes del grupo, almacenada en túneles y vendida en mercados controlados por ellos a precios exorbitantes. Los beneficios obtenidos se utilizan para financiar su maquinaria de guerra, desde la fabricación de cohetes hasta la construcción de infraestructuras militares clandestinas.

Esta práctica no solo perpetúa el sufrimiento de la población civil, sino que también alimenta un ciclo de violencia que parece no tener fin. Israel ha dejado claro que este "negocio perfecto", como lo denominan, no puede continuar. La posibilidad de cortar el suministro de ayuda humanitaria está sobre la mesa, a menos que se garantice que llegue directamente a los civiles y no sea manipulada por Hamás.

El papel de Estados Unidos y la comunidad internacional

El 20 de enero no es una fecha arbitraria. Marca el inicio de una nueva etapa en la política estadounidense con el regreso de Trump a la Casa Blanca. Durante su anterior mandato, Trump adoptó una postura contundente frente a los actores hostiles en la región, incluyendo la orden de eliminar al general iraní Qasem Soleimani y la presión directa sobre Kim Jong-un. Ahora, el mensaje es claro: "Si no liberáis a los rehenes, se desatará el infierno".

La comunidad internacional, incluyendo a Naciones Unidas, ha mantenido una postura ambigua. Aunque ha condenado las acciones de Hamás, también ha instado a Israel a evitar daños colaterales en la población civil. Sin embargo, esta postura parece insuficiente para detener el deterioro de la situación. Algunos analistas sugieren que Egipto podría desempeñar un papel crucial, acogiendo a refugiados gazatíes en la península del Sinaí si la violencia escala.

Escenarios futuros: ¿Qué esperar?

A medida que se acerca el 20 de enero, las tensiones aumentan. Si los rehenes no son liberados, Israel podría implementar medidas drásticas, como la ocupación total de Gaza y el corte de suministros. Estas acciones, aunque orientadas a garantizar la seguridad de Israel, podrían desatar una crisis humanitaria de proporciones alarmantes.

Mientras tanto, los líderes mundiales enfrentan un dilema: presionar a Hamás para que libere a los rehenes o asumir las consecuencias de una escalada en Gaza. El destino de miles de personas, tanto rehenes como civiles, depende de las decisiones que se tomen en los próximos días.

La cuenta atrás ha comenzado, ¿liberará a los Rehenes Hamás?

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